Tres reglas para ayudarlo a dar una buena primera impression

Dar una gran primera impresión no siempre es fácil, pero vale la pena intentarlo todo lo que puedas. Para ayudarlo a que suceda con más frecuencia, aquí hay tres reglas simples que siempre debe seguir. Si bien no son los únicos buenos consejos para causar una buena primera impresión, son las cosas que tendrán el mayor impacto, ya sea que las hagas bien o mal. Te sugiero que lo hagas bien 🙂

Regla #1 – Vístete para impresionar

Presta atención a lo que llevas puesto. Esto puede parecer muy superficial, pero de eso se tratan las primeras impresiones. Son un primer juicio rápido basado en cosas como la apariencia. Vístase un poco si es una primera reunión importante, como ir a una entrevista de trabajo o conocer a los futuros suegros por primera vez.

Por lo menos, asegúrate de que lo que llevas puesto sea prolijo y favorecedor. No te vuelvas loco y ante la duda apuesta por algo algo conservador. Siempre puedes dejar que tu personalidad brille después de haber causado esa gran primera impresión.

Regla #2 – Llegar a tiempo

Otra cosa muy importante para recordar es llegar siempre a tiempo. Te hace ver preparado y confiable. Pero hay otra razón importante para esto. El mundo está compuesto por dos tipos de personas. El primer grupo es riguroso con el tiempo. Llegar tarde es una de sus mayores manías. El otro grupo tiene una interpretación más flexible de llegar a tiempo y no le importa esperar a alguien unos minutos o llegar tarde.

El problema es que nunca se sabe de antemano en qué campamento caerá la persona que está a punto de conocer. Así que prepárate y asegúrate de llegar a tiempo o incluso un poco antes. Se verá bien sin importar cómo se sienta la persona con la que te reúnas con respecto al tiempo y definitivamente evitará que des una mala impresión con un estricto con el tiempo.

Regla #3 – Piensa antes de hablar

Por último, pero no menos importante, piensa antes de hablar. Es fácil ponerse nervioso y simplemente parlotear sobre cualquier cosa y todo. Te hace ver nervioso y tonto. Peor aún, si no piensas antes de hablar, es muy fácil poner el pie en la boca. Confía en mí, lo he hecho muchas veces. No es una buena sensación y definitivamente es una forma rápida y fácil de arruinar esa primera impresión.